Prevén el mal olor y los hongos
Lo has oído mil veces: debes cuidar los pies, ya que ellos aguantan todo el cuerpo. Así es, y en especial, no olvides la piel de tus pies. Es la vía de entrada de muchos patógenos externos y, aunque parezca que son todo-terreno, tus pies están expuestos a gérmenes, hongos y suciedad, y por tanto a las infecciones fúngicas.
Uno de los escenarios más frecuentes para contagiarse de una infección fúngica de los pies es el gimnasio. En las duchas, los vestuarios, el spa y las piscina la temperatura y humedad son elevadas, por lo que constituyen el caldo de cultivo perfecto para los hongos causantes de las infecciones fúngicas, como el pie de atleta y del mal olor de pies.
Mantén una buena higiene de los pies. Lávados con atención y, aún más importante, aseguraté que secas bien los pies con la toalla. Es aconsejable dejar los pies para el final; empieza secándote todo el cuerpo y cuando llegues a los pies, seca minuciosamente el espacio entre los dedos. Es allí donde los hongos pueden crecer con mayor facilidad. Para reducir el mal olor de pies, debes aplicarles un desodorante con ingredientes de acción antibacteriana y antifúngica, que respete la transpiración de la piel. Sécate bien los pies; un desodorante que además tenga efecto secante para eliminar el mal olor y proporcionarles una sensación de frescor duradera. El óxido de zinc elimina el exceso de humedad en la piel. Además de los formatos en polvo también puedes encontrar formatos en spray, que pueden resultar más cómodos para llevarte al gimnasio. Para una mayor protección también puedes aplicar el desodorante en el interior del calzado.
Recuerda, cuidar tus pies es el primer paso para mantener tu salud en buena forma.