La genética juega un papel fundamental en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Aunque existen múltiples factores de riesgo, como la hipertensión, la diabetes o el sedentarismo, no debe pasarse por alto la influencia hereditaria. Las enfermedades genéticas del corazón y otros trastornos cardiovasculares con base hereditaria pueden aumentar significativamente el riesgo de sufrir complicaciones cardiacas.
¿Qué relación existe entre la genética y las enfermedades del corazón?
Se estima que entre el 15 % y el 20 % de las muertes súbitas cardíacas están relacionadas con anomalías genéticas que afectan al músculo cardíaco o al sistema de conducción eléctrica del corazón. Estas enfermedades cardiovasculares hereditarias pueden estar causadas por mutaciones en genes específicos, transmitidos de una generación a otra.
Existen numerosos genes que intervienen en el funcionamiento del sistema cardiovascular. Algunos regulan la presión arterial, otros influyen en la estructura y función del músculo cardíaco, y otros están asociados a los niveles de colesterol en sangre. Por este motivo, si tienes antecedentes familiares de patología cardíaca, conviene realizar estudios preventivos que ayuden a detectar de forma precoz cualquier alteración genética relacionada con el corazón.
Enfermedades genéticas del corazón: un riesgo silencioso
Entre las enfermedades genéticas del corazón más conocidas se encuentra el síndrome de QT largo, un trastorno hereditario del ritmo cardíaco provocado por mutaciones en genes concretos. Hasta la fecha, se han identificado más de diez genes implicados en esta enfermedad.
El síndrome de QT largo provoca latidos irregulares y acelerados, que pueden ocasionar mareos, convulsiones, desmayos e incluso muerte súbita si no se diagnostica a tiempo. En muchos casos, las personas afectadas no presentan síntomas hasta edades adultas, por lo que el diagnóstico precoz mediante un estudio genético resulta esencial para evitar complicaciones graves.
¿Qué son los polimorfismos genéticos y cómo afectan al corazón?
Más allá de las mutaciones responsables de enfermedades cardiovasculares hereditarias, existen variaciones genéticas llamadas polimorfismos que, por sí solas, no causan enfermedad, pero sí pueden modificar tu riesgo cardiovascular.
Por ejemplo:
- Un polimorfismo en el gen PPARD se asocia con niveles de colesterol más elevados.
- Una variante en el gen AGT se relaciona con una mayor predisposición a la hipertensión arterial.
Tener uno de estos polimorfismos no significa que vayas a desarrollar una enfermedad cardiovascular, pero sí implica que podrías tener un riesgo ligeramente superior respecto a la población general, especialmente si se combina con otros factores como una alimentación inadecuada, sedentarismo o tabaquismo.
La importancia de conocer tu predisposición genética
Saber si presentas alguna enfermedad genética del corazón o una predisposición hereditaria te permite adoptar medidas preventivas de forma anticipada. Consulta con tu médico sobre la posibilidad de realizar un estudio genético si existe historia familiar de enfermedad cardíaca.
Con esta información, podrás recibir un seguimiento médico personalizado y adaptar tu estilo de vida para reducir al máximo los factores de riesgo, protegiendo así tu salud cardiovascular a largo plazo.
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