Consejos para prevenir y aliviar los síntomas del resfriado y la gripe
Descansar lo máximo posible.
Dormir las horas necesarias permite que el organismo recupere fuerzas, especialmente si se presenta fiebre.
. Ser precavidos con el frío y la humedad.
Dado que los virus que causan la gripe y el resfriado prefieren las bajas temperaturas y la humedad, hay que evitar estos ambientes, así como los cambios bruscos de temperatura y las bebidas excesivamente frías.
. Lavarse las manos con frecuencia.
Debe hacerse con agua y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas. Además, conviene utilizar productos antibacterianos para limpiar las superficies de la casa.
. Incluir vitaminas y minerales en la dieta.
Las frutas y verduras son fuente de vitaminas y minerales que ayudan a desarrollar defensas por lo que potenciarlas en la alimentación facilitará la recuperación.
. Beber gran cantidad de líquidos.
Estos ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Por ejemplo, se pueden tomar en abundancia agua, zumos y sopas no demasiado calientes. Se deben evitar, en cambio, las bebidas alcohólicas.
. Dejar de fumar y evitar los ambientes con humo.
El tabaco irrita todavía más la garganta y las mucosas.
. Realizar aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto.
El el caso de niños pequeños, se recomienda el lavado nasal con suero fisiológico quince minutos antes de las comidas y antes de ir a dormir. De esta manera, podrán descansar mejor.
. Hacer gárgaras con agua caliente con limón y miel.
Su acción emulgente calma el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad.
. Consultar al profesional sanitario y evitar la automedicación.
Es indispensable contar con el asesoramiento del médico a la hora de recurrir a antigripales, descongestivos o analgésicos que alivien los síntomas de estas afecciones.
. No recurrir a los antibióticos.
Además de que no son efectivos contra el catarro y la gripe, ya que estos están causados por virus y no por bacterias, utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede hacer que el organismo se haga resistente a ellos.