Aunque el alcohol es la droga legal de mayor consumo en España, la mayoría de personas no lo toman en la cantidad y con la frecuencia suficiente para que su salud y su vida diaria se vea afectada. En cambio, se considera que existe alcoholismo o un consumo problemático de alcohol cuando se observan conductas como la pérdida del control de la ingesta, se debe en ayunas, ante acontecimientos estresantes, se recae en el consumo a pesar de los perjuicios, se producen problemas familiares, laborales o sociales o hay pérdida de conciencia de la realidad o negación.
Este patrón de consumo puede poner en riesgo la salud o seguridad de la persona alcohólica. Por ejemplo, seún la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcoholismo es el factor causal más de doscientas enfermedades, traumatismos y otros problemas de salud. Además, provoca comportamientos destructivos y graves consecuencias sociales y económicas en la persona con dependencia del alcohol y también puede perjudicar a quienes forman parte de su entorno.
El alcohol no debe consumirse bajo ningún concepto en los siguientes casos:
Menores de 18 años.
Embarazo y lactancia materna.
Conducción de vehículos.
Otras actividades que requieran concentración o habilidades psicomotrices.
Junto a otras drogas.
En algunas enfermedades.
Por último, se recomienda evitar el consumo y al menos consultar con un profesional sanitario en caso de ingesta de medicamentos que interaccionan con el alcohol, personas con problemas de salud mental o historia familiar de depencencia alcohólica.
Para prevenir la dependencia del alcohol y los problemas asociados a su uso nocivo, han de tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones.
– No ingieras alcohol y si lo haces no ingieras cantidades superiores a las consideradas de riesgo bajo.
En España, el límite recomendado es de veinte gramos al día* (2 UBE) en el caso de los hombres y diez gramos al día para mujeres, aunque recuerda que solo el consumo cero está totalmente exento de riesgos.
– Dialoga con tus hijos sobre los riesgos del consumo de alcohol.
Dedica tiempo a hablar con ellos abiertamente sobre este tema, informarles sobre sus efectos negativos y explicarles la importancia de saber decir no si les ofrecen alcohol.
– Da ejemplo.
Si tienes hijos adolescentes, ofréceles un modelo adecuado de conducta y, si bebes, hazlo con sobriedad.
– Pide ayuda.
Tanto para ti como quienes aprecias. Si detectas que existen un riesgo de alcoholismo o ya está en consumos superiores a lo recomendado, pide ayuda a tu médico.
Cuanto antes se empiece más fácil será salir de esa dependencia y evitar los efectos secundarios del alcohol.