Si te sangran las encías quiere decir que algo no está bien en tu boca. Todos podemos sufrir sangrados leves tras cepillarnos los dientes con demasiada fuerza o usar el hilo dental.
Pero, cuando las encías sangran de forma espontánea, lo hacen como respuesta a un problema de salud bucodental.
Causas del sangrado de encías
Los motivos que pueden llegar a causar el sangrado de las encías son varios, pero el principal suele ser una mala higiene bucal. No cepillarnos los dientes con la frecuencia necesaria y no usar colutorio o hilo dental puede producirnos una gingivitis.
La gingivitis es una enfermedad periodontal que produce una inflamación de las encías, con sangrado en algunos casos, debido a la acumulación de placa y sarro sobre los dientes. Se trata de una dolencia que puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en adultos.
Si no cuidamos nuestra salud bucodental esta enfermedad puede derivar en una periodontitis. La inflamación, el sangrado y las molestias que lo acompañan pueden empezar a afectar a los tejidos y a los huesos que sujetan nuestros dientes. Y en los casos más graves se puede llegar a la pérdida de piezas dentarias.
Debido a las importantes consecuencias si no se controla esta enfermedad, necesitamos una actuación rápida y constante para controlarla. Si observamos que padecemos de sangrado de encías, lo primero que hay que hacer es acudir al odontólogo. Él será el encargado de identificar la causa del sangrado y de darnos las pautas necesarias para su alivio.
La gingivitis es un problema inflamatorio reversible. Con un tratamiento precoz y una mejora en la higiene se resuelve sin consecuencias. Cuando persiste en el tiempo y se asocia a otros factores de riesgo, comienza la afectación y la pérdida de los tejidos que rodean al diente. Hablamos entonces de un proceso irreversible que se conoce como periodontitis.
Tratamiento del sangrado de encías
Para mantener las encías sanas, y ayudar a que baje la inflamación y desaparezca el sangrado, el cepillado dental no es suficiente. Debemos centrarnos también en la higiene de la lengua y de los espacios entre los dientes donde el cepillo convencional no llega. El uso de enjuague bucal y de cepillos interproximales nos ayudará a llevar a cabo una higiene dental completa.
Dependiendo de la gravedad de cada caso, el tratamiento puede variar. Por eso, lo mejor siempre es que pidas cita con tu dentista para que sea un profesional el que valore los pasos a seguir: Pues lo primero es identificar la causa de ese sangrado.
En los casos leves, un cepillado suave después de cada comida, insistiendo en las zonas más afectadas, nos ayudará a mejorar los síntomas.
Si existe un sangrado más abundante y mayor inflamación, la limpieza tendrá que ser realizada en primer lugar por un profesional para eliminar la placa y le sarro acumulados.
Pevención de las encías sangrantes
¿Cómo podemos prevenir el sangrado de encias?
Higiene dental completa
Cepillado dos veces al día durante al menos dos minutos, métodos de limpieza entre dientes y enjuague bucal.
Revisiones
Una revisión odontólogica junto con higienes profesionales periódicas son la mejor estrategia para prevenir trastornos periodontales.
Dieta sana y equilibrada
Reducir el consumo de azúcar y evitar el alcohol y el tabaco.
Comer más fruta y verdura. Incluye frutas y vegetales ricos en vitamina C como la naranja, el limón o el pomelo, o las que aportan vitamina K como el kiwi, el brócoli y la coliflor, entre otros.
Estos alimentos ayudarán a mejorar tu salud en general lo que se verá reflejado en tu boca.
Si tras mejorar tu higiene dental e incorporar buenos hábitos alimenticios, el sangrado persiste, acude al odontólogo. Es importante identificar y poner remedio antes de que se convierta en un problema crónico más dificil de controlar.
Por eso, para mantener unas encías sanas, conviene que acudas una vez al año a una revisión e higiene dental. Así se podrá detectar a tiempo cualquier tipo de patología.
Uno de los problemas más comunes de la boca es la inflamación de encías. Es muy habitual que tendamos a pensar que nuestras encías sangran un poco porque es algo normal, que nos ha venido ocurriendo desde siempre. Lejos de eso, la inflamación gingival puede llegar a provocar la pérdida de piezas dentarias si no se trata a tiempo.
Tanto niños como adultos pueden sufrir esta enfermedad, si bien es cierto que, generalmete, el problema se agrava al llegar a edad adulta. Desde el momento en el cual percibimos que nuestro cepillo queda manchado de sangre, debemos poner solución. Si la encía empieza a sangrar, por poco que sea, significa que esa encía está inflamada, debido a un cúmulo de sarro y/o placa bacteriana. Si no lo tratamos a tiempo, esa inflamación pasará al hueso que da soporte a los dientes, haciendo que éste se vaya perdiendo y, por consiguiente, que los dientes se empiecen a mover.
Dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad, el tratamiento será diferente, y las revisiones se pautarán de forma distinta. Variará desde una limpieza dental o profilaxis, cuando tengamos una inflamación gingival leve, a una cirugía periodontal, en casos de gran pérdida ósea y movilidad moderada o grave de los dientes, pasando por curetajes o raspajes en estadios intermedios del problema.
Las revisiones deben ser periódicas y durante toda la vida, especialmente en edad adulta. La frecuencia de las mismas dependerá de lo controlado que esté el paciente, pudiendo e necesarias incluso cada tres o cuatro meses.
Por todo ello tenemos que saber que la periodontitis (fase en la cual ya ha habido afectación ósea) es una enfermedad que no se cura, sino que sólo podemos detenerla con un correcto tratamiento y así tenerla totalmente bajo control. Gran parte del éxito de un tratamiento de encías depende de la constancia en las revisiones y sobre todo de la rapidez a la hora de abordarlo.