Los calambres musculares son contracciones espasmódicas, involuntarias y transitorias de un músculo o de un grupo muscular que, aunque no son estrictamente una lesión, provocan un intenso dolor.
Suelen aparecer en reposo y en personas jóvenes, especialmente cuando están durmiendo, aunque también son frecuentes durante el ejercicio o inmediatamente después del mismo. Aparecen más frecuentemente en deportistas de gran fondo.
¿Se pueden prevenir?
No existen medidas específicas de prevención del calambre muscular inducido por el esfuerzo, por lo que se recomiendan las medidas generales de preparación del deportista en cuanto a:
Alimentación: una alimentación sana y equilibrada y una hidratación adecuada son esenciales para el bienestar de cualquier persona, pero, en el caso del deportista, ambos aspectos influyen de una manera clara en el rendimiento físico, en la prevención de problemas de salud y lesiones que puedan producirse durante el ejercicio y en su capacidad de recuperación, tras el desgaste al que ve sometido el cuerpo durante la actividad física. De hecho, la correcta hidratación es un aspecto muy importante en la prevención de los calambres musculares.
Descanso: las pausas constituyen una fase de entrenamiento fundamental para que el cuerpo se recupere del esfuerzo realizado. Son necesarias entre siete y nueve horas diarias de sueño, procurando seguir, además, unos horarios regulares.
Entrenamiento: se recomienda un plan de entrenamiento personalizado de la mano de un entrenador formado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que programará el plan de entrenamiento más adecuado para cada caso y propósitos.
Además, para la prevención del calambre muscular, se debe apostar por una correcta técnica de entrenamiento, en la que debe existir un calentamiento adecuado, con estiramientos antes y después de la actividad, y el mantenimiento de una correcta hidratación antes, durante y después del entrenamiento y la competición.